Ahora, si bien es cierto que las formas de comunicarnos van cambiando, también es importante mencionar que el desarrollo de la identidad de las personas es constante. El ser humano busca situaciones que le ayuden a crearla, consolidarla; y las redes sociales, como es el caso de Facebook, le ayudan a eso.
Es común que los usuarios de esta red social, se encuentren principlamente en dos etapas: la adolescencia, donde generan preguntas sobre el amor, el trabajo, la sociedad misma, su intimidad o aislamiento; y la adultez emergente, donde se les ofrece más libertad e independencia una vez que encuentran respuestas a las preguntas hechas en la etapa anterior. Claro, todo esto sin tener la completa repsonsabilidad que implica la edad adulta.
A través de la interacción en la red, estas personas exploran etapas, resuelven problemas mediante el diálogo; pues es a través de la retroalimentación, que compensan limitaciones y fortalecen sus relaciones sociales.
En conjunto, dicha interacción los lleva a una autorrealización, que finalmente tendrá un doble propósito: aclarar su identidad de acuerdo al grupo al que quieren pertenecer, pues les dará la pauta sobre lo que dicho grupo espera de ellos; y el desarrollo de su intimidad, ya que muchos buscan contenido sin tener que figurar públicamente, mantienen el contacto con quienes están lejos, analizan situaciones y participan a su vez en la dinámica de intercambio de información.

Fuente:
Pempek, T.A., Yermolayeva, Y.A., Calvert, S.L. (2009). College students' social networking experiences on Facebook. Journal of Applied Developmental Psychology, 30 (2009), 227-238.
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